Potenciación prolongada (PLP) y depresión prolongada (DLP)

Potenciación prolongada (PLP)

La PLP representa cambios estructurales a largo plazo en las conexiones sinápticas que corresponden al aprendizaje y a la memoria; más precisamente, la sinapsis de Hebb, que comprende un aumento a largo plazo en la magnitud de los potenciales postsinápticos excitatorios.

 La PLP consiste de al menos dos fases, cada una correspondiente a mecanismos moleculares distintos. 
  • Primero, la “fase inicial de la PLP” no implica la síntesis de proteínas, pero depende de la actividad neuronal. 
  • Segundo, "la fase duradera", que se conserva durante 3 a 4 horas, denominada “fase tardía de la PLP”, depende de la síntesis de proteínas; esta fase de consolidación de la memoria se puede bloquear mediante fármacos que interfieren con la síntesis de proteínas.

Depresión prolongada (DLP)

Estimular a una neurona con bajas frecuencias puede conducir a una disminución en la fuerza sináptica, un efecto conocido como depresión prolongada (DLP); éste es un efecto opuesto a la PLP, pero sigue estando vinculado con el aprendizaje. La DLP es una disminución en la excitabilidad de la membrana postsináptica a las entradas sinápticas, causada por la estimulación de los botones terminales presinápticos. Una de las funciones de la DLP es romper la PLP. El cerebro tiene miles de millones de neuronas y, aunque éste es un número enorme, no es infinito. Se necesitan formar nuevos circuitos neurales y se necesitan debilitar aquellos circuitos viejos que han dejado de ser útiles. La DLP juega un papel esencial en esta reorganización neuronal.


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